Dorada a la donostiarra... para mi abuela





Buen día de domingo!!

Hoy os traigo una receta de pescado... y no una receta cualquiera, no... es la manera de preparar el pescado que más le gusta a mi abuela.

Y a ella quiero dedicarle la receta... estos días, como muchos otros, está bastante pachuchilla, por lo que espero que la receta de hoy le guste, anime e impulse a mejorar y recobrar el apetito.



Creo que os he hablado más veces de ella, de cómo fue la primera que me enseñó a cocinar entre un millón de otras cosas... fue la primera persona (después del médico, claro) en cogerme en brazos, ya entonces fui Pompotxa para ella (que en vascuence quiere decir, hermosa, querida) y ya entonces estuvo conmigo en los pequeños y los grandes momentos... para mí los mejores han sido sin duda esos pequeños momentos, los cotidianos, los que se crean con la convivencia, aquella llamada mi primer día de cole para quejarme de que me habían hecho comer lentejillas...¡¡sentada todo el rato!!, mi primera Barbie o los esmaltes de uñas salidos nada menos que de la Red Door de la 5th avenida de Nueva York.

Los mil y un cuentos que nos ha contado, mi primer jersey a punto juntas... y las miles de vainas, acelgas, habas y patatas que hemos pelado juntas... tanto, tanto que junto a su delantal y cuchillo había uno a mi medida "en el sitio que tú ya sabes Pompos".
Ella me ha enseñado las distintas partes de la carne, y qué cocinar con ellas, a conocer cuando un pescado está fresco, y cuándo hay que comprarlo más o menos grande...

Yo era una de esas niñas infernales... de las que no paran quietas y en cuanto cogen una cosa se aburren con ella, muy nerviosa, preguntona y con gana de hacer las cosas por mi misma... con mi abuela pasaba horas precisamente por eso... tampoco paraba quieta, llegaba a su casa y enseguida me pegaba a sus faldas, coge el cesto Pompos que vamos al huerto, o a plantar rosales, o a recoger olivas, a regar el jardín, a organizar la lavandería, a preparar Roastbeef, o a hacernos la manicura.... ella nunca me decía estate quieta, o no hagas esto, no... podíamos hablar por horas, me dejaba hacer lo mismo que ella y así a poquitos he aprendido cosas que parecen que "a lo mejor" en el mundo de hoy no sirven para nada... cómo doblar las servilletas para una merienda, cómo arreglar un jarrón con flores o cómo meter bolsitas de olor en los cajones para que la ropa huela a flores.

Ella siempre me dice "yo soy de otra época Pompos, de un mundo completamente distinto, y son las cosas que sé las que te puedo enseñar" a mí me da lo mismo... ¡¡me encanta estar con ella!!

Y sí, es una señora de las de antes, Señora en mayúsculas y como dice ella "¡y de Bilbao!" como si eso lo explicara todo, cuando era pequeña confieso que no sabía qué quería decir... ahora ya lo sé.

Esta receta de hoy es la torta de fácil, resultona, sencilla y muy, muy rica.. eso sí, es una receta igual que mi abuela, de las de antes... con lo que el tema calorías etc... hay que pasarlo en este caso por alto.
En sí la denominación "a la donostiarra" se puede dar a mil tipos de pescado... yo he comido "Besugo a la donostiarra", "Boquerones a la donostiarra" y algunos pescados más... es una manera de hacer más gustoso el pescado blanco, prepararlo sencillamente en el horno y luego añadirle una rica salsita de aceite infusionado con ajo y guindilla... así un pescado blanco, más insípido y sosete se convierte en jugoso y muy rico.

Como os decía esta preparación se puede hacer con cualquier pescado blanco en filetes... yo me he lanzado con esta dorada porque es la que tiene publicada Begoña, del blog "Las recetas de Marichu y las mías" otra bilbaína de aupa a la que descubrí cuando buscaba muchas de esas recetas que en su día hacía con mi abuela... y al descubrir su blog... ¡¡me sentí de nuevo en casa!! la manera que tiene de explicar las recetas, la cocina que hace y las cosas que cuenta son tan, tan de casa que a lo largo de este año he acabado haciendo muchísimas recetas que tiene publicadas... y con las que siempre da en el blanco.

Os cuento:

Ingredientes para dos personas: (Como veis en las fotos yo hice una dorada de ración para dos... era para una cena, con acompañamiento y pensé que podría resultar pesado, ejem... la próxima vez mi hermana me ha pedido que compre una dorada por persona...) Así:
- 1 dorada de ración por persona
- Sal
- Pimienta
- Perejil
- 3 dientes de ajo
- 1 vaso de aceite de oliva
- 1/4 vaso vinagre de vino blanco
- 1 pimiento choricero
- 1 guindilla... o 2, al gusto

Modo de hacerlo:
1. Preparamos el pescado, yo había pedido que me lo hicieran en filetes, así que lo lavé un poco y lo coloqué en una lámina de papel de aluminio.
2. Puse los filetes de pescado en el aluminio y los sazoné con sal, pimienta, unas ramitas de perejil fresco y un chorrito de aceite.
3. Sellamos el papel de aluminio, haciendo un paquetito para que no se nos escape nada del interior, y sobre todo para crear una especie de cápsula hermética en la que se cocinará el pescado... lo vamos a preparar en papillotte... una técnica genial de cocer el pescado, super hipocalórica y sin manchar nada de nada...
4. Llevamos nuestro paquete al horno, y cocinamos el pescado unos 40 minutos a 180ºC, depende mucho del tamaño y cantidad del pescado, yo al ser dos filetes lo tuve 30 minutos y se hizo perfectamente.
5. Una vez pasado el tiempo de horno sacamos el paquete lo abrimos y comprobamos que el pescado esté bien hecho... con el pescado gracias a Dios siempre aciertas... blanco hecho, rosa crudo.
6. Yo al sacarlo del papel de aluminio para emplatar ya le quité la piel, eso también va por gustos, en casa como somos un poco asquerositas prefiero limpiar bien el pescado antes de emplatarlo.
7. Ahora podemos hacer la salsa... para ello ponemos en un cazo el vaso de aceite, y lo ponemos a calentar a fuego bajito, con el aceite hay que tener cuidado pues enseguida se arrebata.
8. Una vez esté caliente añadimos los dientes de ajo, el pimiento choricero y la guindilla... y dejamos confitar despacito, entre 3 y 5 minutos.
9. Sacamos el cazo del fuego, retiramos la guindilla, el pimiento y los ajos (que reservamos para luego decorar) y con cuidado pero de golpe añadimos el vinagre... ¡¡cuidado que salta mucho!! dar varias vueltas con una cuchara de madera... a pesar de que siga chisporroteando, porque va a hacerlo hasta que se enfríe;y añadir unas cucharadas de la salsa al pescado... yo le pongo unas dos o tres, no más... la idea es que el pescado quede jugoso, no empapuzarlo en aceite...
10. Lo suyo es servirlo en el momento, pero Begoña también dice que puede reservarse y darle un calentón final... en casa de mi abuela no se hacía así... ella decía que si se enfriaban, estas salsas sentaban fatal... claro que ella a día de hoy si ve un microondas aún te pregunta para qué es eso... así que...

Y con esta receta os dejo, espero que os haya gustado, y que la probéis... en serio resulta muy rica... sino siempre podéis quedaros en el paso del papillotte y también disfrutar de un pescado tremendamente rico y nada, nada calórico.

Un besazo, nos vemos la semana que viene.
Luz.


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