Hola a todos... ya estoy de vuelta.
Bueno, ejem.. no es que me haya ido muy lejos, era una manera de empezar, ejem... de romper el hielo, que una no sabe nunca cómo arrancarse a escribir de forma que tras unas trivialidades y anécdotas no metamos con la comida... ummmm que no me suena muy bien eso de entrar a bocajarro, yo lo siento.
Pues nada, dejando de lado las trivialidades hoy os traigo una receta mítica, imbatible, indescriptible y que para mí ha supuesto desterrar miedos muy arraigados... sí, ya vuelve a salir la vena dramática, sí... pero es que en esta receta hay mucho dramatismo.
Yo os cuento.
Total, que cuando una crece rodeada de pelis americanas donde el plato por excelencia son los espaguettis con albóndigas, una pensaría ¡¡ummm me encantan las albóndigas!! ERROR, una que ha crecido siendo una niña muy asquerosita con la comida... ¡¡odiaba las albóndigas!! Puaj... sí es verdad que esta fobia tiene unas raices muy, muy claras... por un lado las albóndigas de mi abuela... pufff eso era más bien salsa de ajo con albóndigas, yo ya lo siento, y eso que ella cocinaba estupéndamente y que como os cuento gran parte de mi recetario viene de ella, pero es que hija,... vez que íbamos, vez que había albóndigas... era infalible.
A ello se suman dos factores para acrecentar mi odio, íbamos muy a menudo, y yo creo que por ahí metía mano mi abuelo... a él le encantan las albóndigas y diría que seguro que también a las niñas... ea, albóndigas sábado sí, sábado también.
También es verdad que yo no sólo odiaba la albóndiga en sí, no... odiaba todo lo que llevara carne picada... su sabor me daba muchísimo asco (y hoy que soy la que cocina... ¡¡ya sé porqué me daba asco!! En casa freían muy poco la carne, total que se quedaba con todo ese sabor a crudo del agua que suelta la propia carne... y que igual se aplica a los filetes, al pollo y a lo que sea...), mi padre se empeñaba en ponerle trozos enteros de ajo y hojas de perejíl sin picar con lo que la niña asquerosita (o sea, moi) se metía un bocado a la bocada y arcada por un lado, arcada por el otro.... un espectáculo vaya.
La conclusión a esta historia ¿cómo consigió la niña superar la fobia a esta pobre carne? Ummm pues muy curioso, y todos pensaban que yo lo hacía a posta... porque la niña zampaba hamburguesas del mcdonals y de vips como si no hubiera un mañana (o como en mi caso, si ese mañana estaba lleno de albóndigas). Una de mis tías prepara unas hamburguesas de las gordas y enormes... de las que hagas lo que hagas se quedan por dentro rosas... ¡¡¡¡¡pero..... tan buenas!!!!!. Así que cuando preguntaba qué queríamos comer cuando nos invitaba a su casa la niña no perdía tiempo en pedir hamburguesa... el secreto, como me contó mi tía muy ufana de haberme quitado una fobia (reconozco que mi tía es la verdadera "maga" de todas mis no-fobias, me enseñó a coger el tenedor con la mano izquierda, y con ella a hacer ochos, desterró mi miedo a los perros y a otras cosas más que no vienen al caso) el secreto como os digo es este: 1. una carne buena, de calidad... no de esas que a saber cuánto tiempo llevan envasadas y que por mucho que te digan que llevan ternera muchas veces son carne de salchicha .... o de otras cosas como según hemos descubierto después. 2. ¡¡no echarle nada a la carne!!, un poquito de sal y pimienta y punto pelota. 3. Dejar que la carne descongele bien, nada de descongelar en el microondas o similar (es ahí donde sueltan todo ese agua), y al ir a usar escurrir bien y secar un poquito con toallas de papel... veréis la diferencia.
Así que con mis instrucciones aprendidas empecé a mis 20 años ha ponerlas en práctica... y hoy es una de las cosas que más disfruto, las recetas con carne picada. Sí es verdad que suelo gastar un poquito más en ella... suelo pedir ternera que igual sirva para unos filetes... no de la que tienen para picar que suelen ser recortes no muy buenos, pero al final merece la pena.
Yo suelo comprar medio kilo para Almu y para mí y me cunde una barbaridad... suelo hacer 3 paquetitos: hamburguesas, albóndigas y la tercera o bien para una bolognesa, una pizza, unas berenjenas rellenas (la opción favorita de Almu), lo que sea.
Pues nada, que una vez dominado el tema carne picada... me faltó tiempo para cumplir mi sueño de infancia y preparar unos espaguettis con albóndigas... unos espaguettis gochos de verdad, riquísimos, con su salsa de tomate y coronado de bolas de carne (como se llaman en los USA, meatballs).
Como os digo esta es una receta típica americana, mira que los italianos hacen pastas con carne, pero aún no he visto en ningún libro italiano esta receta.
Y consultando el tema en Internet he descubierto que la receta original es de los inmigrantes italianos llegados a Nueva York en los años 20 del siglo XX... ummm en plena ley seca, en pleno apogeo de los gansters, la mafía y el nacimiento de las Vegas...
Pues eso, plato americano en toda regla. Pero, ¿cuando se consagró definitivamente como el plato más cuco de la historia? Pues sí señoras y señores... están pensando bien, en el momento en que la Dama y el Vagabundo compartieron mesa para dos en medio de un plato de espaguettis.... oooooooo creo que es la escena de comida más cuca de la historia, seguida de cerca por Johnny Depp y Juliette Binoche en Chocolat, todo hay que decirlo... pero no, esta se lleva la palma.
La película en sí me gusta de siempre... no recuerdo cuando la ví por primera vez, pero me encantó, si es verdad que por ese entonces y hasta bastante mayorcita mi fobia a los perros no me permitía eso de salir del cine diciendo lo de "papá quiero un perro" ummm pero los ruegos de mi hermana valían por dos.
Y si es cierto que lo mío no eran las albóndigas... pero la escena en sí es preciosa, muy cuca como digo.... y ejem... muy fina, a pesar de que las gotas de salsa vuelan cada vez que se meten un espaguetti en la boca no aparece ni una sola mancha... ummm ojalá eso fuera cierto en la realidad... porque en la realidad este plato es para comer con babero y lavándonos automáticamente después la cara para evitar ir por el mundo con sonrisa de tomate... no digo más.
Así que sí, es un plato muy rico, muy gocho y de los que no aconsejo pedir en una primera cita... a pesar de que Nigella Lawson aconseja una receta de pasta para darse un atracón en la cama en su libro de Feast.... ummm a mí la recomendación, no me convence.
Ya el último paso en mi carrera hacía el estrellato de esta receta fue... ¿qué receta hago? no... no digáis todos a coro... ¡¡la receta de Martha!!. Porque no fue así... por aquel entonces no sabía que existía una Martha por el mundo... porque sino... jejeje.
No, lo que hice fue experimentar... con muy poco éxito... tan poco que hasta Almu me pidió que me rindiera... por su propio bien, que estaba harta de comer guarrerías.
Años después, ejem... hará unos dos, me compré un tochazo de libro de recetas de los USA, de esos monográficos de Uffmann que hacen un recorrido geográfico por determinado país y te van contando recetas, productos y sitios de cada región... yo tengo varios y me encantan.
Este en concreto incluía la famosa receta... y ante mis ruegos Almu se encasquetó su armadura de caballero y volvió a asumir el papel de conejillo de indias... ¡¡con éxito esta vez!!.
La receta que os traigo no sigue esa fielmente... la he hecho tantas veces que ya es más mía que de nadie más... pero que sepáis de donde partió en un principio.
Yo os doy la receta de las albóndigas que hay yo para este plato... pero vosotros si queréis hacer vuestras propias albóndigas y seguir a partir de ahí.
Receta de espaguettis con albóndigas.
Ingredientes para 4 personas:
- 500 gramos de espaguettis (o cualquiero otra pasta larga que os guste, pero OJO, este plato es pesado y contundente... así que cuanto más gruesa la pasta menos cantidad por persona).
- 400 gramos de salsa de tomate (yo la hago casera... os he explicado miles de veces cómo)
- 250 gramos de carne picada (que os salgan unas 16 albóndigas no muy grandes... más pequeñas que las que hacéis normalmente, y unas 3 o 4 por persona).
- Ajo en polvo
- Cebolla en polvo
- Sal y pimienta
- Salsa Lea&Perrins
- Harina
- Aceite para freir
- orégano seco (a ojo y gustos)
- queso parmesano rallado
Modo de hacerlo:
1. Lo primero que haremos será la salsa de tomate. Si ya la tenemos hecha, o una vez lista la dejamos en una cazuela mediana y a fuego lento para que haga chup-chup sin arrebatarse. A esta salsa podemos añadirle algún condimento "italiano"... yo suelo ponerle orégano en polvo o albahaca fresca... o nada de nada, como a cada uno le guste.
2. Preparamos las albóndigas. Para ello mezclamos en un bol la carne con los demás condimentos... estos yo los añado a ojo y al gusto de cada uno... así, la cebolla y el ajo en polvo (aporta sabor y no tropezón), la salsa Perrins, y sazonamos con sal y pimienta.
3. A continuación hacemos con ella bolitas... yo cojo porciones con los dedos y suelen ser más o menos de bocado (procurando que el momento gocho sea el menor posible), que pasaremos a enharinar y reservar para freir.
4. Ponemos en una sartén un dedo de aceite a calentar. Y vamos friendo en tandas las albóndigas... unos 2-3 minutos por cada lado... dependerá de la cocina, la sartén etc...
5. Y conforme las sacamos las pasamos (sin escurrir ni nada) a la salsa de tomate.
6. Así tenemos unas albóndigas con tomate que se quedarán cociendo en la salsa el tiempo justo para echar la pasta en el agua hirviendo ... unos 10 minutos, vaya.
7. Ya sólo nos queda emplatar, la pasta por un lado, y la salsa de tomate con las albóndigas por encima.
8. Espolvoreamos con queso rallado y listo.
¿Qué os ha parecido? ¿A que es una tontunada? Es una receta rápida, sencilla y muy rica... que disfrutan en casa tanto niños como mayores.
No dejo de recordaros la previsión del babero/servilleta tanto para niños como para mayores, jejeje... pero por lo demás un éxito rotundo. Garantizado.
Ya me contaréis si alguien se apunta a preparar... ¡¡y que me mande foto!! Que ya tengo algunas y me hacen muchísima ilusión.
Un besazo para todos, y feliz fin de semana.
Mucho cuidadito a los que salen de vacaciones, a los que vuelven o a los que se desplazan en general... que os quiero a todos pendientes de las recetas de la semana que viene... jejeje.
Luz.
Bueno, ejem.. no es que me haya ido muy lejos, era una manera de empezar, ejem... de romper el hielo, que una no sabe nunca cómo arrancarse a escribir de forma que tras unas trivialidades y anécdotas no metamos con la comida... ummmm que no me suena muy bien eso de entrar a bocajarro, yo lo siento.
Pues nada, dejando de lado las trivialidades hoy os traigo una receta mítica, imbatible, indescriptible y que para mí ha supuesto desterrar miedos muy arraigados... sí, ya vuelve a salir la vena dramática, sí... pero es que en esta receta hay mucho dramatismo.
Yo os cuento.
Total, que cuando una crece rodeada de pelis americanas donde el plato por excelencia son los espaguettis con albóndigas, una pensaría ¡¡ummm me encantan las albóndigas!! ERROR, una que ha crecido siendo una niña muy asquerosita con la comida... ¡¡odiaba las albóndigas!! Puaj... sí es verdad que esta fobia tiene unas raices muy, muy claras... por un lado las albóndigas de mi abuela... pufff eso era más bien salsa de ajo con albóndigas, yo ya lo siento, y eso que ella cocinaba estupéndamente y que como os cuento gran parte de mi recetario viene de ella, pero es que hija,... vez que íbamos, vez que había albóndigas... era infalible.
A ello se suman dos factores para acrecentar mi odio, íbamos muy a menudo, y yo creo que por ahí metía mano mi abuelo... a él le encantan las albóndigas y diría que seguro que también a las niñas... ea, albóndigas sábado sí, sábado también.
También es verdad que yo no sólo odiaba la albóndiga en sí, no... odiaba todo lo que llevara carne picada... su sabor me daba muchísimo asco (y hoy que soy la que cocina... ¡¡ya sé porqué me daba asco!! En casa freían muy poco la carne, total que se quedaba con todo ese sabor a crudo del agua que suelta la propia carne... y que igual se aplica a los filetes, al pollo y a lo que sea...), mi padre se empeñaba en ponerle trozos enteros de ajo y hojas de perejíl sin picar con lo que la niña asquerosita (o sea, moi) se metía un bocado a la bocada y arcada por un lado, arcada por el otro.... un espectáculo vaya.
La conclusión a esta historia ¿cómo consigió la niña superar la fobia a esta pobre carne? Ummm pues muy curioso, y todos pensaban que yo lo hacía a posta... porque la niña zampaba hamburguesas del mcdonals y de vips como si no hubiera un mañana (o como en mi caso, si ese mañana estaba lleno de albóndigas). Una de mis tías prepara unas hamburguesas de las gordas y enormes... de las que hagas lo que hagas se quedan por dentro rosas... ¡¡¡¡¡pero..... tan buenas!!!!!. Así que cuando preguntaba qué queríamos comer cuando nos invitaba a su casa la niña no perdía tiempo en pedir hamburguesa... el secreto, como me contó mi tía muy ufana de haberme quitado una fobia (reconozco que mi tía es la verdadera "maga" de todas mis no-fobias, me enseñó a coger el tenedor con la mano izquierda, y con ella a hacer ochos, desterró mi miedo a los perros y a otras cosas más que no vienen al caso) el secreto como os digo es este: 1. una carne buena, de calidad... no de esas que a saber cuánto tiempo llevan envasadas y que por mucho que te digan que llevan ternera muchas veces son carne de salchicha .... o de otras cosas como según hemos descubierto después. 2. ¡¡no echarle nada a la carne!!, un poquito de sal y pimienta y punto pelota. 3. Dejar que la carne descongele bien, nada de descongelar en el microondas o similar (es ahí donde sueltan todo ese agua), y al ir a usar escurrir bien y secar un poquito con toallas de papel... veréis la diferencia.
Así que con mis instrucciones aprendidas empecé a mis 20 años ha ponerlas en práctica... y hoy es una de las cosas que más disfruto, las recetas con carne picada. Sí es verdad que suelo gastar un poquito más en ella... suelo pedir ternera que igual sirva para unos filetes... no de la que tienen para picar que suelen ser recortes no muy buenos, pero al final merece la pena.
Yo suelo comprar medio kilo para Almu y para mí y me cunde una barbaridad... suelo hacer 3 paquetitos: hamburguesas, albóndigas y la tercera o bien para una bolognesa, una pizza, unas berenjenas rellenas (la opción favorita de Almu), lo que sea.
Pues nada, que una vez dominado el tema carne picada... me faltó tiempo para cumplir mi sueño de infancia y preparar unos espaguettis con albóndigas... unos espaguettis gochos de verdad, riquísimos, con su salsa de tomate y coronado de bolas de carne (como se llaman en los USA, meatballs).
Como os digo esta es una receta típica americana, mira que los italianos hacen pastas con carne, pero aún no he visto en ningún libro italiano esta receta.
Y consultando el tema en Internet he descubierto que la receta original es de los inmigrantes italianos llegados a Nueva York en los años 20 del siglo XX... ummm en plena ley seca, en pleno apogeo de los gansters, la mafía y el nacimiento de las Vegas...
Pues eso, plato americano en toda regla. Pero, ¿cuando se consagró definitivamente como el plato más cuco de la historia? Pues sí señoras y señores... están pensando bien, en el momento en que la Dama y el Vagabundo compartieron mesa para dos en medio de un plato de espaguettis.... oooooooo creo que es la escena de comida más cuca de la historia, seguida de cerca por Johnny Depp y Juliette Binoche en Chocolat, todo hay que decirlo... pero no, esta se lleva la palma.
La película en sí me gusta de siempre... no recuerdo cuando la ví por primera vez, pero me encantó, si es verdad que por ese entonces y hasta bastante mayorcita mi fobia a los perros no me permitía eso de salir del cine diciendo lo de "papá quiero un perro" ummm pero los ruegos de mi hermana valían por dos.
Y si es cierto que lo mío no eran las albóndigas... pero la escena en sí es preciosa, muy cuca como digo.... y ejem... muy fina, a pesar de que las gotas de salsa vuelan cada vez que se meten un espaguetti en la boca no aparece ni una sola mancha... ummm ojalá eso fuera cierto en la realidad... porque en la realidad este plato es para comer con babero y lavándonos automáticamente después la cara para evitar ir por el mundo con sonrisa de tomate... no digo más.
Así que sí, es un plato muy rico, muy gocho y de los que no aconsejo pedir en una primera cita... a pesar de que Nigella Lawson aconseja una receta de pasta para darse un atracón en la cama en su libro de Feast.... ummm a mí la recomendación, no me convence.
Ya el último paso en mi carrera hacía el estrellato de esta receta fue... ¿qué receta hago? no... no digáis todos a coro... ¡¡la receta de Martha!!. Porque no fue así... por aquel entonces no sabía que existía una Martha por el mundo... porque sino... jejeje.
No, lo que hice fue experimentar... con muy poco éxito... tan poco que hasta Almu me pidió que me rindiera... por su propio bien, que estaba harta de comer guarrerías.
Años después, ejem... hará unos dos, me compré un tochazo de libro de recetas de los USA, de esos monográficos de Uffmann que hacen un recorrido geográfico por determinado país y te van contando recetas, productos y sitios de cada región... yo tengo varios y me encantan.
Este en concreto incluía la famosa receta... y ante mis ruegos Almu se encasquetó su armadura de caballero y volvió a asumir el papel de conejillo de indias... ¡¡con éxito esta vez!!.
La receta que os traigo no sigue esa fielmente... la he hecho tantas veces que ya es más mía que de nadie más... pero que sepáis de donde partió en un principio.
Yo os doy la receta de las albóndigas que hay yo para este plato... pero vosotros si queréis hacer vuestras propias albóndigas y seguir a partir de ahí.
Receta de espaguettis con albóndigas.
Ingredientes para 4 personas:
- 500 gramos de espaguettis (o cualquiero otra pasta larga que os guste, pero OJO, este plato es pesado y contundente... así que cuanto más gruesa la pasta menos cantidad por persona).
- 400 gramos de salsa de tomate (yo la hago casera... os he explicado miles de veces cómo)
- 250 gramos de carne picada (que os salgan unas 16 albóndigas no muy grandes... más pequeñas que las que hacéis normalmente, y unas 3 o 4 por persona).
- Ajo en polvo
- Cebolla en polvo
- Sal y pimienta
- Salsa Lea&Perrins
- Harina
- Aceite para freir
- orégano seco (a ojo y gustos)
- queso parmesano rallado
Modo de hacerlo:
1. Lo primero que haremos será la salsa de tomate. Si ya la tenemos hecha, o una vez lista la dejamos en una cazuela mediana y a fuego lento para que haga chup-chup sin arrebatarse. A esta salsa podemos añadirle algún condimento "italiano"... yo suelo ponerle orégano en polvo o albahaca fresca... o nada de nada, como a cada uno le guste.
2. Preparamos las albóndigas. Para ello mezclamos en un bol la carne con los demás condimentos... estos yo los añado a ojo y al gusto de cada uno... así, la cebolla y el ajo en polvo (aporta sabor y no tropezón), la salsa Perrins, y sazonamos con sal y pimienta.
3. A continuación hacemos con ella bolitas... yo cojo porciones con los dedos y suelen ser más o menos de bocado (procurando que el momento gocho sea el menor posible), que pasaremos a enharinar y reservar para freir.
4. Ponemos en una sartén un dedo de aceite a calentar. Y vamos friendo en tandas las albóndigas... unos 2-3 minutos por cada lado... dependerá de la cocina, la sartén etc...
5. Y conforme las sacamos las pasamos (sin escurrir ni nada) a la salsa de tomate.
6. Así tenemos unas albóndigas con tomate que se quedarán cociendo en la salsa el tiempo justo para echar la pasta en el agua hirviendo ... unos 10 minutos, vaya.
7. Ya sólo nos queda emplatar, la pasta por un lado, y la salsa de tomate con las albóndigas por encima.
8. Espolvoreamos con queso rallado y listo.
¿Qué os ha parecido? ¿A que es una tontunada? Es una receta rápida, sencilla y muy rica... que disfrutan en casa tanto niños como mayores.
No dejo de recordaros la previsión del babero/servilleta tanto para niños como para mayores, jejeje... pero por lo demás un éxito rotundo. Garantizado.
Ya me contaréis si alguien se apunta a preparar... ¡¡y que me mande foto!! Que ya tengo algunas y me hacen muchísima ilusión.
Un besazo para todos, y feliz fin de semana.
Mucho cuidadito a los que salen de vacaciones, a los que vuelven o a los que se desplazan en general... que os quiero a todos pendientes de las recetas de la semana que viene... jejeje.
Luz.
Yo de pequeño tambien las odiaba! Y ahora es uno de mis platos preferidos!! Te ha quedado delicioso! Que pinta mas rica!!
ResponderEliminarUn abrazo!!
Ay mi madre Raúl... ¡¡acabo de ver este comentario tuyo!!!
ResponderEliminarPufff... estoy haciendo un repaso de entradas... y zas... tenía algunos comentarios sin contestar, ¡¡qué rabia!!.
Aunque han pasado meses mil gracias por haberme dejado tu comentario... me alegro de que entonces te gustara la receta, jejeje.
Un besazo gigante, Luz.