Salsa de tomate casera... mi salsa de tomate




Hola a todos... ¡¡felíz comienzo del fin de semana!! ¡¡Y feliz comienzo del otoño!!
Sí señoras y señores.... aunque esté en casa con todas la ventanas abiertas y sin una gota de brisa que corra entre ellas, mañana empieza el otoño. Una preciosa estación del año que en mi caso siempre viene cargada (aunque me pasa lo mismo con las otras 3, para qué engañarnos) de planes, proyectos y millones de recetas en la recámara.



Aún me estoy recuperando de la fiebre conservera... y como sigue el buen tiempo, la temporada de productos frescos se alarga y es ahora cuando merece la pena hacer despensa cuál hormiguita en previsión del invierno ando medio loca (y volviendo a mi hermana loca perdida) con el comprar y congelar, comprar y marinar, comprar y conservar... etc...
¿Que porqué os cuento esto? Ufff... almas cándidas si no sabéis que a estas alturas poco hace falta para que yo me lance a hablar cuál disco rallado... sin embargo... sí hay una razón... os animo a hacer lo mismo, me explico.
Si bien es cierto que la comida está cara.. que los productos frescos lo están más y que ahora no andamos con mucho tiempo para pamplinas, os animo a que seáis previsores... ¿en qué sentido? Pues en el siguiente: se acercan las FIESTAS por excelencia "¡¡anda qué bruta!! ¡¡si aún quedan meses!!" dirán algunos... y con razón... pero, volvemos al sin embargo... pensar que conforme pasen las semanas los precios sólo van a ir subiendo.
Curiosamente, y eso es algo que he observado, concretamente en los pescados y los frutos secos (cosas que luego en las celebraciones navideñas usamos todos), los precios durante el mes de septiembre tienen un claro descenso... en mi pescadería el otro día el bonito, el atún y el rodaballo estaban a mitad de precio de lo que luego se ponen en navidades... y de oferta piezas enteras de merluza o lubina... cosas que luego nos crujen toda la factura de alimentos del mes de diciembre en unos tiempos que por muchos índices económicos positivos yo no aprecio... vamos,... que a mí ni me han subido el sueldo ni me han bajado los precios, ¿y a vosotros?.
Así que os recomiendo ir marinando salmón (ya os contaré cómo) que ahora podéis comprar piezas enteras a 5€ el kilo y tener listas para Navidad... el pescado comprado, las bandejas de frutos secos, he incluso las piezas de carne como redondos, roastbeef, o el jamón asado.
Hacer compotas de manzana (que luego son un acompañamiento perfecto para las carnes), congelar setas, frutos rojos de temporada, o incluso escabechar codornices o piezas de caza cuando empiece la temporada... hacerme caso, esas cosas no sólo facilitan un buen aprovechamiento de los productos, sino que te permiten comer bajo presupuesto productos de buena calidad.

Vale... terminado el sermón de hoy... paso a la receta.
Os diré que no siempre he hecho esta salsa de tomate... ya que ésta ha sido una de las recetas que más me ha costado "personalizar", no, no es tan fácil, y seguro que a los que habéis probado a hacer salsa de tomate partiendo del propio tomate entero me daréis la razón.
Os confieso que cada año desde hace al menos 4 he probado unas dos recetas por temporada... y aún así... que si con pimentón, que si con cebolla, con las dos cosas... triturando, pasando por pasapuré... no friendo sino cociendo el tomate... en serio si me decís una receta de salsa de tomate seguro que la he probado.

La cuestión es que la salsa de tomate es un asunto serio en mi casa. Nunca jamás se han comprado de esas ya trituradas y fritas NUNCA... mi padre oía la palabra Orlando y veía todo rojo, jejeje... pero en el mal sentido, quiero decir... como se te ocurriera ir con él a la compra (cosa harto peligrosa como os contaré en otro momento), y llegaras a la sección de tomates, pimientos y conservas y siquiera te acercaras a la sección de los bricks de Orlando... puff... ¡¡la que te armaba!! que si azúcares concentrados, colorantes, conservantes, espesantes, que si eso era más ketchup que salsa (ejem... mi padre... bueno, ejem... piensa que el diablo, ha enviado a la tierra productos como el ketchup, la coca-cola y el yogur para pervertir al hombre y llevarles directamente al infierno).
Conclusión... cuando a una la invitaban a casa de las amigas a comer, una sólo esperaba que una madre compasiva pusiera delante mío el codiciado brick.
Total, que mi padre compraba (al igual que mi abuela...) el tomate triturado para posteriormente freirlo.
Tanto él como mi abuela tenían una receta parecida... que incluía ajo, cebolla y pimiento... una receta riquísima que se preparaba al mismo tiempo que la pasta, el arroz o la verdura, pescado o carne en que se usaba la salsa...
Sin embargo... era una salsa de esas indigestas... que mientras comías disfrutabas un montón, pero que al cabo de 30 minutos clavados ya empezaba a sentarte mal... así que pasabas 2 días digiriendo la salsa...

Años después y ya en la feliz tranquilidad del campo (ejem... eso era sarcasmo) en la que vive ahora mi padre... que ejem... ha visto despertar a los 60 años su vena granjera... y dado que sus matas de tomates producen en cantidad se ha inclinado por las conservas... y una de ellas es la salsa de tomate.
Sin embargo.... pufff... pues que cuando mi padre aparece por estas fechas con hasta 20 tarros de su salsa de tomate para que la consumamos en casa.... me paso un día entero reduciendo esos 20 tarros a 3 miseros frascos después de someter el zumo de tomate que a él le sale en una salsa concentrada.

Conclusión, que con esos antecedentes una se ha tenido que buscar la vida, buscar la receta y someter a su santa hermana a tres años de catas a cuál más cansina... hasta que mi hermana se ha convertido en una verdadera catadora de salsas de tomate. Así, en el momento en que me ve hacer acopio de tomate en el súper se le pone una cara extraña... mezcla de espanto, triste resignación y mirada especuladora.
Yo, que ya había asumido que pasaría el resto de mi vida probando recetas me dedicaba a comprar de 2 en 2 kilos... lo justo para 2 tarros medianos y lo justo para que en caso de no gustarnos pudiéramos consumir rápidamente.
Así, y una vez en casa, Almu se convertía en la experta... ya por el olor que salía de la cocina adivinaba grado de acidez, consistencia e ingredientes... a veces daba miedo.
Luego venía el momento "muérdete las uñas" cuando con aire circunspecto cogía una cuchara y probaba la salsa...
Yo en este punto ya adivinaba el resultado por su expresión... y nunca llegué más que a un triste "no está mal"... que si bien ella es tremendamente generosa con las cartas/recetas/comidas del prójimo conmigo no tiene la misma compasión... y la niña tira a matar a la que te descuidas.
La peor crítica que puede lanzarte es la indiferencia... como no diga nada de un plato, dalo por perdido..., porque como seas tan inocente como para volver a ponérselo... pufff entonces vas a descubrir lo que es bueno... con el ... "ah!! ¿has hecho esto otra vez?".....
Total... que para evitarme comidas a medio comer, suspiros indisimulados y críticas soterradas le he hecho un cuestionario básico... que se reduce a: de un 1 a un 10 ¿en cuánto puntuarías la receta? Si esta no llega al 8 es cruelmente desterrada de mi recetario (por la cuenta que me trae).
Pero..... no os creáis que soy una victima de mi exigente hermana... que como a mí se me meta entre ceja y ceja una receta... jejeje... va a comer todas las versiones que encuentre de ella hasta que supere ese 8, jejeje... como la salsa de tomate.

Finalmente el año pasado decidí claudicar y preparar la de Su de Webos fritos... ¿porqué digo claudicar? Porque ODIO que tenga razón!!!! ¡¡esa mujer es horrible!! Da igual que receta hagas ¡¡TODAS!! salen bien, todas son riquísimas, cuidadas, perfeccionadas y como más me gustan, caseras, asequibles, fáciles y llenas de trucos y recomendaciones para que salgan seguro.
Yo he probado millones de sus recetas... en casa suyas son las recetas del Roscón, las albóndigas, varios de sus bizcochos, las magdalenas de copete, los bollitos de pan, la técnica para deshuesar el pollo (que merece un pulitzer por su calidad y sus fotografías... y hablo completamente en serio),su guía para comprar material fotográfico que me estoy empollando para hacer la carta a los Reyes... millones como digo...
Como digo, al final claudiqué y como yo digo "me tiré a lo fácil"... sí, porque si necesitas aprender a hacer recetas básicas... como una tortilla francesa, una hamburguesa o un menú semanal no tienes más que recurrir a ella...me leí la receta... me encantó... precisamente porque trata fenomenal el tema del líquido de los tomates y cómo dejar que se evapore en la sartén... cómo concentrar el sabor... y cómo con 4 ingredientes tienes una riquísima, espesa y concentrada salsa de tomate...
Así que su receta es hoy mi receta... y aunque la podéis ver (y os aconsejo que lo hagáis) en su página... quiero dejaros escrito cómo la hago yo en casa.

Receta de salsa de tomate casera

Ingredientes para dos tarros medianos:
- 2 kilos de tomates de rama o pera.
- 2 cucharadas de azúcar
- 1 cucharadita de sal
- 4 cucharadas de aceite de oliva.

Modo de hacerlo:
1. Lo primero que vamos a hacer es escaldar los tomates para pelarlos posteriormente.
Primero ponemos a hervir una olla mediana (donde quepan bien todos los tomate sin apretujones), agua suficiente para cubrir los tomates.
2. A continuación cogemos los tomates, los lavamos bien y los hacemos una cruz superficial (que corte sólo la piel, no que atraviese el tomate) en el culo del tomate (por oposición al pedúnculo).



Así con cada uno. Ahora los colocamos en la olla  de agua hirviendo y los dejamos escaldar un par de minutos (o lo que haga falta para que veáis que se desprende la piel del tomate de la carne).


3. Sacamos entonces los tomates, los escurrimos y los pasamos por agua fría para que nos facilite el pelarlos.
4. Veréis que al pelarlos sale ya bastante líquido.. ¡¡no lo recojáis!! No os va a hacer falta.
5. Lo mismo que ahora, cuando el siguiente paso es trocear los tomates volverán a soltar más jugo... colarlo en un chino, no nos interesa (pensar que cuanto más líquido pongamos en la olla más tardará en hacerse la salsa de tomate).
6. Trituramos a continuación los trozos de pulpa con la batidora, y con esa salsa pasamos a freír el tomate.
7. Ponemos una olla, sartén o sartén profunda al fuego. (En este sentido Su recomienda una sartén de fondo profundo y amplia, para que la salsa se haga mejor y se evapore más deprisa... sin embargo yo no tengo nada de eso en mis armarios... u ollas o sartenes... así que me decanto por la olla que mejor me funciona y listo).




En ella calentamos las 4 cucharadas de aceite... hasta que esté templado, momento en que añadimos la salsa de tomate, añadimos asimismo la sal y una cucharada de azúcar, removemos bien y dejamos cocinar, a fuego medio unos 25 minutos. (Es importante que la olla quede tapada... más que nada porque como todos los que hacemos tomate en casa sabemos, cuando cocinamos la salsa se pone toda la cocina perdida... así que en esos primeros 25 minutos en que la salsa está menos concentrada es más fácil que salte más).
Una cosa... la tapa mejor que sea de esas con respiradero, o que dejéis una rendija mientras tenéis la olla tapada... más que nada para que salga el vapor de la salsa sin problema y no se concentre aún más líquido, como pasaría de quedar completamente tapada.
8. Es importante que vigilemos la salsa cada 10 minutos, removamos con una cuchara de palo y sigamos cocinando.
9. Pasado ese tiempo, destapamos la olla, añadimos la segunda cucharada de azúcar y seguimos cocinando otros 25 minutos... veréis que la salsa va consumiendo el líquido del tomate, y se va concentrando cada vez más.
10. Cuando esté lo suficientemente espesa para vosotros, apagamos el fuego y embotamos la salsa, o congelamos, o consumimos en el momento.

NOTA: Os recomiendo que antes de hacer la receta os leáis las recomendaciones de Su, que no tienen ningún desperdicio y que incluyen el hacer salsa de tomate frito con tomate triturado de lata, los distintos métodos de conservación y los recipientes en que se hace mejor la salsa.

Un besazo enorme a todos, aviso de que estos últimos 10 días del mes están llenos de retos... no digo más.

Aquí os espero, no sin antes recordaros ¡¡QUE ESTAMOS DE SORTEO!! Y no quiero dejar a nadie sin apuntarse... así que ya sabéis... o bien a través de este enlace o bien clicando a la imagen de la felicitación de Winnie the Pooh que hay al inicio de la columna de la derecha accederéis a las bases del sorteo para saber cómo participar.


Comentarios

  1. Que salsa de tomate tan rica! Y tiene un color fantástico, seguro que es toda una delicia!!
    Un abrazo y buen fin de semana!

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    1. Mil gracias por el comentario Raúl!!. La verdad es que es una salsa muy, muy rica... ¡¡lo que me ha costado dar con ella!! Jejeje... me alegro de que te haya gustado.
      Un besazo enorme, Luz.

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  2. Luz, qué maravilla de salsa casera, qué color, nosotras estamos deseando preparar y vamos a tener en cuenta tu entrada, es genial!!!

    un abrazo

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    1. Me alegro de que os haya gustado. Es una salsa muy apetecible y una conserva muy socorrida... al final todos necesitamos tener salsa de tomate para el día a día de la cocina de casa... así que al menos esta es muy rica, poco (o nada) complicada y 100% casera. Un lujazo.
      Si la probáis chicas, contadme qué tal os ha ido!!!
      Un abrazo gordo, Luz.

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  3. Aix Luz, como me río siempre con tus historias, ya me veo a tu hermana con cara de resignación cuando te ve aparecer tomates en mano, jajaja!
    Y cuánta razón con lo de Su, no le falla ni una receta!
    Me ha encantado esta salsa de tomate, casera debe ser espectacular!
    Besitos, y como llego tarde, feliz inicio de semana!

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    1. Jejeje Victor... como siempre os cuento, lo peor de todo... ¡¡que las historias son ciertas!!
      La verdad es que ella no se queja, lo que se dice mucho... se resigna y hace lo que yo llamo resistencia silenciosa (que casi es más fulminante que la resistencia activa) pero luego la verdad es que es super agradecida con todo lo que preparo en casa... así que...
      Me alegro de que te haya gustado la receta, en serio... riquísima, ¡¡con sabor a tomate!! Que no es poco.
      Feliz semana a tí también,... vamos a ver cómo se nos da.
      Un abrazo gordo, Luz.

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