¡¡Feliz lunes chicos!! Empieza otra semana... pero... una semana más corta por un lado (¡¡bien!!), y por otro la última del mes... mes de octubre que ha dado el pistoletazo de salida a la temporada de otoño, la temporada de los guantes, bufandas y paragüas, la de los frutos rojos y las setas... y la pre-temporada de las mejores fiestas del año...
Como os digo, llega la última semana del mes, y con ella también el reto mensual de Tía Alia... ya os he contado más veces (en anteriores participaciones) cómo funciona el reto... por un lado Carmen pone a nuestra disposición mensualmente dos recetas sacadas del recetario de su Tía Alia... recetario de los de antes, de cantidades confusas, pellizquitos y jícaras y mucho sentido común a la hora de leer la receta si quieres que te salga, ¡claro!.
Cada mes nos ofrece una receta dulce y una salada, para que en base a la misma elaboremos nosotros nuestra propia interpretación... yo procuro ir alternando... si un mes es receta dulce, que el siguiente sea salada... así es más divertido, al menos en mi caso, jejeje...
Este mes las recetas eran apetecibles las dos.... esta de huevos que yo he preparado, y la de las pastas de almendra que son un clásico de la cocina de las abuelas... sin embargo........ ummmm en cuanto leí la receta de los huevos pensé inmediatamente en mi abuela... y como estas recetas siempre me recuerdan a ella decidí decantarme por la versión salada...... ejem.... sumado al hecho de que mi abuela no ha hecho pastas en toda su vida.... todo sea dicho.
Pero esta receta salada, con su bate un huevo primero por un lado y luego otro por otro, pica fino el jamón y añade una buena bechamel.... ¡¡es como cocinar con mi abuela!!.
Y ésta, es lo que ella hubiera llamado una receta "confunde criadas", jejeje... os pongo en antecedentes.
Mi abuela nació en Bilbao (el mismo día que se instaló la línea telefónica... que es como ella siempre lo cuenta) pero se crió en San Sebastián... y una vez casada con 20 años justitos... (los justos como para dar su consentimiento sin necesidad de la aprobación de su padre.... como también cuenta siempre) se vino a vivir a Madrid... en pleno barrio de Chamberí en la casa de enfrente de sus padres.
Total, que su madre le iba mandando semana a semana productos que venían de la finca del Goierri, y junto con estos... y de vez en cuando también llegaban las chica del servicio...
Chicas de familias muy grandes que viniendo a Madrid ayudaban al sustento de todos... normalmente no sabían ni leer ni escribir, no habían salido nunca de su pueblo (con lo que ni papa de castellano) y generalmente nunca habían servido en ninguna casa... con lo que mi abuela las iba enseñando a medida que llegaban a la casa... una que si al cuarto de la plancha, otra más mañosa la costura,... esta a la cocina, o la otra los niños... porque sí... muchas chicas tenía mi abuela, en una casa en la que fueron llegando los niños a 1 por año...
Así, a las que iban a la cocina había que enseñarles a cocinar... y mi abuela se iba con el recetario que su madre le había regalado ya de casada a explicarles cómo pelar alcachofas, desalar un hueso de jamón o hacer una bechamel... ella, tal y como hacemos todas, iba pidiendo recetas a amigas, copiando otras de revistas etc... y ahí que se iba a explicar la receta para que la chica de la cocina la preparara....... cuando mi abuela nos contaba estas cosas... "lecciones de vida sobre cómo llevar una casa", jejejeje.... mi abuelo siempre intervenía.... ¡¡y empezaba lo mejor!! Las anécdotas que le pasaban a mi abuela con estas chicas y la cocina.
Os diré que si bien mi abuela siempre cuenta cómo en casa se podían servir hasta 6 platos en una misma comida, mi abuelo siempre ha disfrutado más con su cocido, sus guisos y sus albóndigas... sin embargo ella mandaba... y caro le salía al final.
Mi abuelo siempre le dice cosas como "¿te acuerdas Maria Luz de esa chica que....?" y empezaba a tirar de la lengua a mi abuela... que muy digna ella tejiendo una chaqueta, gorrito o similar para el nieto de turno, empezaba a dibujar una sonrisa y ya dejaba la lección para empezar con los recuerdos...
Os voy a poner algún ejemplo... como el día que mi abuela enseñó a la muchacha a hacer croquetas... ¡¡vete tú a saber cómo!! porque al ir a servir la comida (comidas a las que por lo general asistían más personas que las de la propia familia) la muchacha apareció con un croquetón inmenso!!! Una sola croqueta de bechamel frita perfectamente.... ¿qué hizo mi abuela? Sin inmutarse se puso a trinchar lonchas de croqueta y a servirlas por toda la mesa como si en su casa las croquetas se comieran así siempre.
En ese momento de las anécdotas la pobre mujer siempre se echaba la culpa a sí misma... por intentar siempre ir muy deprisa y hacer platos "innovadores" como cuando se puso de moda servir puddings y pasteles salados... y su madre le trajo de Londres una flanera de esas alargadas (que por cierto aún está en casa de mi abuela), total... que se fue una mañana a la cocina a explicar a la muchacha cómo se hacía un pudding de pescado (pudding que todo sea dicho ella no había visto ni probado jamás más que por la foto de la revista), total que dejó a la otra en el trajín y a la hora de comer apareció con el pastel de pescado... ¡¡con el pescado entero dentro!! sin limpiar ni una sólo escama, ni una sola espina y ni siquiera le quitó la cabeza.... Ese día claro... no comieron pescado ninguno... y aún mis tíos (sin que ella lo sepa) nos hablan de las arcadas que el bicho ese les hizo pasar.
Ya la última.... porque tampoco mi abuelo se libra... tal y como ella siempre le recuerda.... "Rafael, cuéntales lo de los puros", jejejeje... pues había invitado mi abuelo a varios amigos un día a cenar, con sus esposas y eso... y ya en el momento de tomar el café etc... en la salita, y mi abuela enseñando vete tu a saber qué a las señoras en el otro lado del cuarto aparece la muchacha con una bandeja de licores que deja al lado de mi abuelo.
Éste (que es muy expresivo con las manos) tenía en la mano una caja de puros con los que iba a convidar a sus amigos... pero se había enzarzado en una explicación y no paraba de agitar la mano de la caja. Total que cuando vió que mi abuela estaba un poco lejos le dijo a la muchacha: "sírvalos" (refiriéndose a los licores), la chica se le quedó mirando sin entender y él insistiendo "anda mujer,... sírvalos", total que la otra va, se encoje de hombres le coje la caja de puros a mi abuelo y empezó ante la mirada atónita de todos a cortar los puros y encenderlos... dándoles una buena chupada tras lo cuál se lo pasaba al invitado de turno... así hasta el segundo, claro.... cuando mi abuelo se los quitó de las manos bramando "María Luz!!!!!!".
¿Qué os ha parecido? Ummm de estas anécdotas miles... lo peor... son todas ciertas... no sólo me las han contado ellos... o mis tíos, sino amigos de mis abuelos de toda la vida que te cuentan eso de "cuando fui a cenar a Españoleto"... lo mejor... muchas de esas chicas estuvieron con mis abuelos años y años... y aunque yo no he llegado a conocer a aquellas de cuando mi abuela y ellas tenían los mismos años... si he conocido a las que vinieron después y se han quedado en casa hasta muy mayores con lo que he sido testigo de las explicaciones de mi abuela a la hora de explicar cómo hacer una receta.... ejem.... como esta misma que os cuento ahora.
Con ella voy, para contaros dos cosas... si bien antes en los menús diarios de las casas (tal y como explica la Marquesa de Parabere) se incluían platos de huevos al menos en uno de los almuerzos del día... hoy los menús son el plato de huevos en sí y no más de dos veces por semana.
Por otro lado, yo soy una fan afiliada a la liga de los amantes del desayuno dominical, del desayuno de huevos con baicon, de cruasán a la plancha con mermelada de albaricoque, de tostada francesa o de huevos benedictine... esta receta de hoy entra a formar parte de mi recetario de desayunos... es como un soufflé sin ser soufflé, una tortilla sin serlo... es eso, unos huevos en mousse rellenos de carne, pescado o queso...
Os voy a dejar con la receta tal y como yo la he hecho.
Huevos con salmón a la mousse.
Ingredientes para 4 moldecitos como los que veis:
1. Para los huevos a la mousse:
- 6 huevos medianos
- 50 gramos de salmón marinado
- 50 gramos de queso mozarella para derretir
- 2 cucharadas de salsa bechamel (para lo que utilicé: 2 cucharadas de mantequilla, 3 cucharadas de harina, 2 vasos de leche templada).
- 2 cucharadas de nata para montar
- 1 huevo más
- Queso rallado y mantequilla para engrasar los moldecitos
- Sal y pimienta
2. Para la salsa de yogur y eneldo:
- 1 yogur natural (a ser posible griego... por eso de ser más espeso y eso,... si el vuestro es griego -el mío no lo era- omitir las cucharadas de queso crema)
- 2 cucharadas de queso crema
- 2 cucharadas de aceite
- Zumo de medio limón
- Eneldo al gusto
- Sal y pimienta
3. Acompañamiento:
Yo como veis en la foto lo acompañé de una ensalada de pepino y unas uvas... por lo del desayuno y eso... pero podéis servirlo con lo que más os apetezca...
Modo de hacerlo:
1. Comenzamos preparando la bechamel. Para ello calentamos la leche en el microondas un minuto. Mientras ponemos a derretir en una ollita la mantequilla, a la que añadimos, una vez derretida la harina. Desleímos esta en la mantequilla y dejamos que pierda el crudo y se ponga un poco marroncita. Pasado ese momento añadimos la leche templada sin parar de remover con una barilla de mano, añadiremos tanta leche como de espesa queramos la bechamel. Dejamos que la salsa cueza 5 minutos, sazonamos y reservamos.
2. A continuación empezamos a preparar los huevos.. Batimos 6 en un bol grandecito, añadimos el queso y el salmón picado lo más fino posible.
3. A esta mezcla le añadimos finalmente las dos cucharadas de bechamel, dos de nata para montar y el huevo que falta batido a parte.
4. Con la mezcla preparada pasamos a los moldes.
5. Encendemos el horno a 180ºC calor arriba y abajo, hervimos una jarra de agua (para el baño maría) y sacamos una fuente de horno lo suficientemente hermosa para que entren todos los moldes y quepa en el horno.
6. A continuación engrasamos los moldes con aceite o mantequilla, los espolvoreamos con pan rallado y añadimos a cada uno dos cucharones de la mezcla de huevos.
7. Los colocamos en la fuente del horno y esta en la bandeja del horno para luego no tener que andar trasladando todo con el agua hirviendo a fin de evitar accidentes. Vertemos el agua hirviendo en la fuente sin que esta llegue a tocar el relleno de los moldecitos, cerramos el horno y dejamos que la mezcla cuaje... tardará entre 30 y 40 minutos en función de cada horno. Serviros de la prueba del palillo para ver si el relleno de huevo no se ha quedado crudo.
8. Desmoldamos y servimos.
9. Para acompañar Tía Alía sugería unas cucharadas de bechamel y unas de tomate frito... cosa que no creía que fuera a pegar con el salmón... así que opté por una salsa de yogur y eneldo que es súper rica para los platos con salmón.
Así, se mezclan todos los ingredientes de la salsa en un bol con una barilla manual y se corrige de sabor en función del gusto de cada uno.
Bien, ¿qué os ha parecido? Es una idea de desayuno/brunch, divertida, muy rica y nada empachosa... podéis servirlo con tostadas, la salsa de yogur, unas frutas e incluso una ensalada... a la hora de hacer brunch pensar que lo mejor es la variedad de platos... al menos en mi opinión.
Espero que os haya gustado y que os dé energía para empezar la semana de Halloween que en el blog inauguramos mañana con una receta chulísima.
Un besazo a todos, Luz.
Luz, magnífica entrada, como nos gusta leerte, siempre con anécdotas tan entrañables!!
ResponderEliminarTienes razón ahora, que se llevan tanto los bruch, qué mejor receta que esta que nos traes, te han quedado fantásticos, nos encantan!
un abrazo
Chicas como siempre las primeras, jejeje... siempre es un lujazo leeros a vosotras también.
EliminarJejeje... como bien decís los huevos y el brunch son a lo que los idem al baicon, no?? Así que la verdad es que pensando en la receta de Tía Alia lo pensé adaptándolo al siglo XXI y saliendo de los maxi menús de la marquesa para marcame un brunch... que a mí me gustan más que a un tonto un lapiz, jejeje...
Mil gracias por comentar, un besazo, Luz.
Unos flanes con una pinta estupenda, yo hice la receta dulce pero esta me la apunto!
ResponderEliminarMil gracias Mara... y sé muy bienvenida al blog, que creo que hasta ahora no te había visto por aquí. Salen muy bien los huevos así hechos...muy facilones, resultones en cuanto a aspecto y de sabor muy rico, cremoso y a la vez como de tortilla... ¡¡no sé explicártelo!! jejeje... sí, tendrás que hacerlos y contarme qué te han parecido.
EliminarUn besazo enorme, Luz.
Qué estupenda opción! Los preparé con jamón pero los probaré con salmón.
ResponderEliminarBesos
Hija Noelia... en casa... no te sé decir qué más nos gusta si el salmón o el jamón... aunque sí es verdad que a mí el jamón en tortilla francesa no me queda bien, me sale medio crudo medio no sé... con lo que me decanté por el salmón pensando que aguantaría mejor el horno... como así ha sido.
EliminarUn besazo enorme y mil gracias por el comentario, Luz.
Algunas de las cosas que cuentas ¡me suenan tanto! ¡vas a tener que escribir un libro de realismo fantástico tipo Isabel Ayende! he pasado un buen rato leyéndote, yo tuve suerte y heredé una copia del libro de mi abuela (en el que estaban transcritas todas esas recetas de amigas, novedades y cosas nunca vistas por el Bilbao de aquellos tiempos). Besos
ResponderEliminarPues sí Magdalena seguro que todos tenemos recuerdos similares... yo cada vez que cocino no puedo evitar acordarme de las miles de historias que nos han pasado en casa, ya sea a mi abuela, a mi madre o a mí... y me parece también importante recordarlas y en la medida de lo posible transmitirlas... otro modo de aprender historia, me parece a mí.
EliminarYo en vez de libro de mi abuela tengo el de la marquesa... ¡¡que es igual que ella!! y todas sus recetas aprendidas bajo su delantal.
Me alegro mucho que te haya gustado, un besazo enorme, Luz.
Jajajaja, me ha encantado leer tu entrada... Mi abuela era tan tan parecida a la tuya... No se manchaba las manos, ella sólo daba órdenes, pero tambien contaba tantas y tantas historietas...
ResponderEliminarEsta receta me ha parecido formidable, tanto tanto que voy a hacerla hoy porque no me aguanto las ganas de probarlos!
Un besote!
Me alegro de que te haya gustado Lola... ¡¡cuéntame cómo te va con la receta!!
EliminarLa verdad es que mi abuela y todas las cosas que he aprendido con ella son para mí un tesoro enorme, ella mancharse se manchaba, ordenaba, organizaba, cocinaba y vuelta a empezar... eso es lo que he aprendido a hacer yo y lo que me encanta compartir.
Un besazo enorme y mil gracias por el comentario, Luz.
Jope, el relleno con el salmón me parece una idea divina.
ResponderEliminarBesos
Nieves
Jejeje... mil gracias chicas... confesaré... que la idea la dió la propia Tía Alia... sino la verdad... no se me habría ocurrido y los hubiera hecho de jamón... pero.... como he dicho más arriba a mí no me preguntéis porqué el jamón cocinado me sale y me sabe raro... así que una de salmón para mí, jejeje...
EliminarUn besazo enorme, Luz.
Una entrada preciosa ,mi abuela era cocinera y me enseño muchas cosas ,ahora estaria alucinada con esto de los blogs.Tu receta fantastica,yo hice las pastas aunque son sencillas están muy ricas.besinos
ResponderEliminarHola Encarnita... me alegro de que te haya gustado la entrada... y ese recuerdo a las abuelas... la mía en mi cocina está siempre presente... siempre... porque con ella aprendí no sólo recetas sino miles de trucos, desde cómo lavar los trapos a cómo quitarse el olor del ajo de las manos... y sí, también cómo montar un menú de antes de los de 6 platos... la diferencia... una pasará a la posteridad sin tener ayuda en casa para tanta cosa, jejejeje...
EliminarMil gracias por el comentario, un beso enorme, Luz.
Menuda versión y menudo acompañamiento. Seguro que disfrutásteis de lo lindo con este plato. Me ha gustado mucho....no tardaré en hacer en casa el reto salado.
ResponderEliminarUn besote,
Mar
Me alegro de que te haya gustado Mar... ya me contarás si lo preparas, ¿vale?
EliminarUn besazo enorme y mil gracias por el comentario, Luz.
Te han salido muy bien, se ven muy apetecibles en los moldes, se ve que han subido mucho. Yo le he cambiado el jamon por el chorizo.
ResponderEliminar¡¡Qué bueno Anyol!! ¡¡Con chorizo!! También me gusta la idea... como lo mío era para desayuno pensé mejor en hacerlo de salmón.
EliminarSi, recién salidos del horno están todos altitos... luego ya ves cómo bajan, pero bueno, ricos estaban igual.
Mil gracias por tu comentario, un besazo, Luz.
Una receta deliciosa, verdad?? A mi me ha encantado, y con tanta historia, es genial, tu interpretación se ve impresionante, me gusta!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Me alegro mucho de que te haya gustado Raúl... la verdad es que la receta era muy apetecible, así que...
EliminarMil gracias por el comentario, un besazo enorme, Luz.
¡Qué delicia de entrada! Y no sólo por la receta... Da gusto echar un ratito por aquí.
ResponderEliminar¡¡Mil gracias Victoria!! Jejejeje... me alegro de que no te guste sólo la entrada por la receta, me alegra mucho que os gusten también mis anécdotas y recuerdos, creo que eso es lo genial de la cocina... que no puede estar más viva y llena de experiencias geniales.
EliminarMe ha encantado tu comentario. Un besazo, Luz.
yo ya estoy deseando que llegue el frío para ponerme los guantes, el abrigo, la bufanda y coger un buen puñado de castañas asadas para calentarme las manos :D
ResponderEliminarGeniales tus huevos a la mousse, yo también me decanté por el reto salado. Besos
Mil gracias por el comentario Beatriz.... ummm yo viendo el día que hace hoy... gris y medio lluvioso me lo estoy pensando, jejeje... prefiero mil veces días fríos pero soleados... de esos donde lo que más me gusta (y a lo que me he dedicado este finde) es quedarme en la cama leyendo durante horas, preparando manzanas asadas y saliendo a arrastar hojas por el parque, jejeje... somo las dos de un bucólico!!!
EliminarUn besazo, Luz.
Luz, me ha encantado tu historia. Lo del croquetón gigante no tiene desperdicio.
ResponderEliminarTu opción con la salsa de yogur me parece de lo mejor.
Un besito.
Me alegro de que te haya gustado Cósima... jejejeje y lo del croquetón en mi casa es legendario... lo mejor... ¡¡imagino perfectamente la cara de mi abuela viendo llegar esa masa frita a la mesa!! jajaja...
EliminarUn besazo, Luz.
Deben estar muy ricos con salmón.
ResponderEliminarSuerte que no has metido el salmón entero al molde ;), no se sí hay tan grandes...
Un beso
Ummmm por poder podría, jejeje... mira que yo soy muy terca... pero.... ejem... creo que de historias como esta hemos salido en casa tan asquerositas, jejeje...
EliminarUn besazo y mil gracias por el comentario. Luz.
Ay Luz, eres un pozo de anécdotas e historias que no tiene fondo. Yo tengo que conocerte en persona un día porque intuyo que nos llevaríamos de maravilla. No sabes lo que me hacen sonreir tus entradas.
ResponderEliminarSi te cuento que mi Tía Alia vive en el barrio de Chamberí...qué me dirías? Pues cierto como la vida misma. No en la calle Españoleto pero tampoco lejos de allí. Qué casualidad, verdad?
Me alegra que te hayan gustado los huevos y me encanta que los hayas combinado con una salsa tan distinta a la que propone Tía Alia. Un acierto para el salmón.
Bss y hasta pronto :)
Ayayayaya.... pues no me extrañaría nada ser vecina de Tía Alia la verdad... creo sinceramente que las almas afines se atraen... pero ¡¡qué genial!!.
ResponderEliminarPues claro que tenemos que conocernos... aunque sea para cotillearnos las anécdotas en persona.
Me alegra muchísimo que la entrada te haya gustado, la verdad es que me gusta un montón participar en tu reto mensual, precisamente por el tipo de cocina tan de mi abuela que es... me trae muchísimos recuerdos sin querer, jejeje...
Un besazo y hasta el mes que viene, Luz.