Sopa Minestrone del Gran Ticino... para el reto salado de Whole Kitchen



Hola a todos!! ¡¡Qué lío de semana he tenido!! En la oficina hemos estado varios días sin internet (gracias Movistar) y ¡¡se desató el fin del mundo!! Madre mía lo dependientes que hemos llegado a ser de estas tecnologías… yo ya veo el ordenador como una carcasa vacía si soy incapaz de conectarme… sí, tengo juegos, programas etc… ¿pero sin conexión? Ummm no gracias…


Así que a parte de paralizarnos un montón la actividad del despacho llevo toda la semana desconectada del mundo… de entrar en el blog, de leer las noticias, los emails, Facebook y todo lo que diariamente hacemos… os aseguro que el día que sea el acabose tecnológico nos daremos todos a la botella, a inhalar canela o directamente a los tranquilizantes… no le veo otro remedio, jejeje…

Vale, al margen del brote psicótico que hemos sufrido (y que viene agravado por una sobredosis de pachanga sudamericana de una muchacha que en el mismo edificio nos deleita TODOS LOS DÍAS junto con su “melodiosa” voz y que me recuerda a Gloria de Modern Family creo que este fin de semana voy a darme una cura de descanso, sueño o simple silencio…..

Antes de eso quiero publicar esta entrada… con la que se estrena temporada en Whole kitchen; hoy toca reto salado… una sopa italiana estupenda…

Whole kitchen en su propuesta salada para el mes de octubre nos invita a preparar un clásico de la cocina italiana: SOPA MINESTRONE.

La sopa minestrone es una sopa de verduras… ni más ni menos. Algo así como nuestra sopa juliana de toda la vida solo que a la italiana… que, con perdón, hace que las cosas sepan mejor… o al menos a mí me lo parece, con su tomate, su orégano y su queso parmesano… la sopa juliana que nos servían en el cole (y que ha creado tal trauma en nuestra memoría –que va más allá del hígado- que ni siquiera se me pasa por la cabeza el prepararla yo),  pues ejem… no puede ni acercásele, la verdad.

Estas sopas caseras tan extendidas, tan famosas y tan familiares son un exitazo… facilonas, tremendamente reconfortantes, saciantes y de tirar mano de lo que tengamos por el frigorífico… lo que yo llamo cocina de madre… o de abuela.

Es muy curioso cómo muchas personas idializan y consagran recetas familiares caseras y luego hablan de ellas como “el pollo asado de mi madre”, “el cocido de mi abuela”, etc… como si fueran exquisiteces transmitidas desde que Adán y Eva se dedicaban a poner a remojo los garbanzos, jejeje… cuando en la mayoría de los casos este tipo de preparaciones variaban en función de la temporada de verduras, de las cocinas en que se hacían y por supuesto y lo más importante del humor y las ganas del que cocinaba… que ejem… por mucho que nuestras madres/abuelas nos hagan creer esas ganas están presentes a veces, que no siempre…
Total, que cuando era pequeña había varios platos que siempre que iba a casa de mi abuela comía con mucho gusto. Y ejem… os hablo de mí, que como os he contado otras veces he pasado mi infancia chantajeando a mi hermana para que me dejara ponerle cosas en el plato (ella en su calidad de “no he roto un plato en mi vida” podía dejarse algún que otro guisante… cosa que para moi estaba prohibidísimo), y haciendo bolas de comida que iba trasladando por los mofletes hasta que me dejaban levantar de la mesa de puro cansancio… jejeje… que a terca no me gana nadie…

Así, la cocina de mi abuela era la única que se salvaba… sus caldos de carne, su repollo rehogado con patata, sus macarrones con tomate o su roastbeef hacían que cogiera reservas para el resto de la semana, jejeje.
Ella misma muchas veces variaba las recetas… y of course aquí la niña toca-narices se quejaba… “esto no sabe como siempre” y mi abuelo empezaba a fruncir el ceño… mi abuela que me sentaba a su lado para comer me decía siempre “claro que no hija… si las cosas siempre supieran igual sería aburridísimo, ¿no?” y yo me conformaba… era lo que tenía mi abuela… mano de Santo.

Pues con estas sopas lo mismo… no os privéis de ella porque un día os falten las zanahorias o las alubias… sustituirlas por otra cosa… y adelante, que merece mucho la pena.

Como os he dicho antes esta receta italiana es un clásico… la verás en muchísimas cartas y menús italianos,… aunque nunca he visto a nadie pedirla, la verdad. Sin embargo creo que es mundialmente conocida.
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de ella… o que la ví, mejor dicho.
A mis padres les encantaba el cine… y les encantaba comprar películas. Tenían gustos bastante diferentes, la verdad… a mi padre le gusta el cine negro, de intrigas políticas o de ese sesudo… mi madre tenía el gusto que tenemos nosotras… pelis románticonas, dramones o comedias francesas e inglesas.
Total que en casa las películas lo que sí estaban era tremendamente censuradas…. Ellos tenían sus películas y nosotras teníamos las nuestras… léase dos opciones… o disney o todas las películas que se hubieran hecho jamás de temática religiosa… que madre mía!! al cine en tecnicolor se le fue la mano muchísimo… desde Androcles y el león, pasando por Bernardita de Lourdes y hasta mi favorita… los 10 Mandamientos las niñas tenían una colección en la que al final siempre moría hasta el apuntador que sólo se amplió cuando cumplimos los 12 y nos regalaron la serie de Sissi… sí… esto era una juerga.
Así que veíamos con intriga, envidia y muchas ganas las cintas “censuradas” de nuestros padres. Cuando cumplí los 13 me revelé y dije que yo también quería ver películas en las que no saliera gente con sandalias o cantando cada 10 minutos… total que mi padre nos introdujo en las películas de mayores… léase, La Misión, Vértigo o Irma la dulce (que ejem… en ningún momento hasta los 16 supe a qué se dedicaba la chica de las medias verdes, jejeje).
Pero…. Había una sección que verdaderamente me llamaba la atención… ¡¡las pelis de mi madre!! Y fue esas las que pedí ver… mi padre me puso Hechizode Luna… ¡¡me encantó!! Supongo que en ese momento no la entendí del todo… o al menos el transfondo de la película… pero la historia y los personajes me engancharon muchísimo.
Y en esa película que hoy sigue siendo una de mis favoritas… (adoro la banda sonora llena de canciones de Dean Martin y de ópera de La Boheme –ojalá fuera así mi vida- al abuelo con sus perros, a la amante con sus escotes, a la chica enamorada de la panadería y al matrimonio de la tienda de licores…) se pasan el día comiendo minestrone, en casa, en el restaurante, en la tienda… así que cuando pregunté qué llevaba esa sopa y me dijeron que era una sopa de verduras se me cayó el alma a los pies.

Bastantes años después y tras mi incursión bloguera vi la recetade María José. María José es de esas blogueras de cocina que yo llamo de mamás… platos que aunque su nombre te echen para atrás ves y dices… ¡¡ñam!!.
Gracias a ella ha habido muchas recetas que me he atrevido a hacer y que me han encantado. Porque su cocina es sencilla, de todos los días, de gustar a todo el mundo, suavecita y con ingredientes ricos… genial!!
Ella publicó la minestrone y días después ya estaba yo haciéndola… y nos gustó muchísimo, tanto tanto que en casa es la sopa del GranTicino y yo la repito con distintas variantes… sobre todo para cenar, porque aunque abundante es ideal como plato único para una cena.
Un cuenco de esta sopa con unos crostini y has comido como un rey.

Receta de Minestrone
Ingredientes para 4 personas:
- Aceite de oliva
- Media cebolla picada
- 2 dientes de ajo
- Una rama de apio
- 4 zanahorias
- Un puñado de guisantes congelados
- 4 champiñones medianos
- Unos taquitos gordos de bacón o de jamón serrano (opcional)
- 400 gramos de tomate frito
- 750 ml de agua
- Sal y pimienta
- 50 gramos de pasta corta: conchas, tiburones, tirabuzones, macarrones… lo que os guste
- Un tarro de alubias rojas ya cocidas
- Queso rallado

Modo de hacerlo:
- Lo primero que tenemos que hacer es picar muy finita la verdura, y el bacon (tanto como nos guste luego encontrárnosla... en casa en versión minúscula).



- A continuación ponemos un chorro de aceite en una olla y la llevamos al fuego.


- Cuando esté caliente sofreímos la cebolla y el ajo picado, y antes de que cojan color añadimos primero e jamón unos minutos, seguidos por el apio y la zanahoria.




- Cuando empiecen ya sí a coger color la verdura (que esté más oscurita… más hecha) se añaden los champiñones troceados.



- Dejamos 5 minutos que poche y añadimos los guisantes primero, 



a continuación las alubias rojas de bote (previamente lavadas bajo el grifo para que suelten ese saborcillo raro), 



y la salsa de tomate (mejor claro si es casera… sino os recomiendo hacerlo con tomate triturado normal… o con lata de tomate sin triturar… pero no echéis salsa de tomate frito industrial que pueden chafar el sabor de la salsa).




- Removemos todo bien, añadimos también el agua y corregimos de sazón.



- Finalmente añadimos la pasta.
- Dejamos cocer la sopa hasta que la pasta se haya hecho, unos veinte minutos.
- Pasado ese tiempo podemos o bien servir, o bien dejar de un día para otro… que también está muy rica.
- Al servirla espolvoreamos con un poco de queso rallado y perejíl fresco picado al gusto.
¿Qué os ha parecido? Apetecible, ¿no?... En mi caso tanto, tanto que este medio día he llegado a casa y he hecho una olla de sopa… congela muy bien… y yo llegado el invierno siempre procuro cocinar un poquito de más para tener tuppers individuales de sopas, cremas y guisos que luego me salven la cena o el almuerzo en la oficina.

Pues nada… así empezamos el fin de semana… esperemos que tan bien como esta sopa… porque ya estamos entrando de lleno en el otoño con sus anocheceres tempranos, sus vientos helados y sus casas frías hasta que nos enciendan la calefacción!!.

Un besazo enorme, Luz.

Comentarios

  1. Vaya pedazo de post. La sopa minestrone te ha quedado muy bonita y muy apetecible.

    Marisaenlacocina.blogspot.com.es

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    1. Mil gracias Marisa... esta sopa se vende sola, jejejeje... muy rica, contundente y apetecible para estos días destemplados.
      Mil gracias por el comentario, y por pasarte por aquí.
      Un besazo, Luz.

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  2. Que deliciosa sopita querida amiga, asi de casera especial para una noche de frio, poder tomarla, me ha encantado. Mil besicos tesoro

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    1. Mil gracias María!!!! Un gustazo la verdad... y tienes razón ahora lo que pide el cuerpo son sopitas y cremas como esta, ¿verdad? Que parece que a poquitos se nos acerca el frío.
      Un besazo guapa, Luz.

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  3. Una de nuestras sopas preferidas, te ha quedado fantástica y nos encantan los textos de tus entradas, son una gozada leerlos!!
    Qué buen rato pasamos,

    besos

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    1. jejejeje... chicas cuánto me alegro de que os gusten las entradas!!! A veces no sé si me paso escribiendo, si me paso contando historias o si se hace pesado... mis amigos y familia que me leen dicen que no... que en menos de 10 minutos se leen las entradas y que no se hace pesado... sin embargo siempre me quedo con la duda.. así que mil gracias!!
      En cuanto a la sopa... ¡¡también es una de mis favoritas!! Y eso que odio las sopas por lo general... me alegro que os haya gustado, un besazo, Luz.

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