Bread and butter pudding... o merendola viejuna británica... para Whole kitchen.


Si es que tenía que pasar... ya lo veía venir yo!! Con tanto jaleo se me ha ido la cabeza a babia, las nubes e hinchadita como un globo anda ahora por los cielos... con tanto trajín, agendas y entradas se me ha despistao un reto!!!!!!



En concreto, el que tenía que haber publicado ayer de la entrada dulce de Whole kitchen... este pudding invernal y de merendola.
Puuffff... ¿a que no sabéis cómo me he dado cuenta? Pufff... pues repasando las actualizaciones de mis blogs.... ¡¡ahora mismo!! Yo como si nada llego al último blog que tengo en mi lista y veo: Pudding de pan y mantequilla... y yo pensando "ups... algo ha debido de pasar que estas chicas han desvelado la receta del reto antes de tiempo!!", jejeje... me meto y veo... 25 de febrero, veo la hora en la pantalla del ordenador y leo... 26 de febrero... ¡¡socorro!! ¡¡que paren las máquinas!! ¡¡que han adelantado un día!!.
Como os llevo contando desde San Valentín, la última parte del mes suelo tenerla copada de retos, concursos y convocatorias a las que toda convencida me apunto... sin mirar el calendario, sin pensar en el tiempo que me llevan y sin prever que al final es posible que se me solapen... y ea... yo venga a apuntarme... hasta que ha pasado lo que tenía que pasar, que diría mi padre...


Os diré que el pudding lo hice a principios de mes... en esos primeros días en que nos avisan de cuál es la receta a preparar, y en este caso porque tenía todos los ingredientes en casa y opté sin complicarme por la receta que Whole kitchen nos facilitó de Jamie Oliver, que sino...
Total que con esa confianza he ido dejando pasar los días, preparando otras recetas y entradas... la idea era dejar programadas las otras dos que tenía esta semana y hacer esta entrada para subir el mismo día 25... ¡¡colapso total!! Me retrasé en las otras dos, ergo... olvidé el pudding.

Bueno, como las chicas de Whole kitchen son tremendamente benignas nos permiten un margen de 2 días para participar... con lo que me acojo (y sin que sirva de precedente) este mes al plazo de gracia, jejejeje.

Respecto del pudding sólo os puedo decir... ¡¡que nos ha encantado!! La verdad es que después de hacer el mes pasado el pudding de donuts me quedé con ganas de probar el tradicional... ese que siempre asocio a mis novelas históricas donde lo sirven a la hora del té para las habitaciones infantiles.
En mis libros los niños disfrutan siempre de los verdaderos manjares (en mi opinión), así junto con las tostadas con mantequilla y mermelada los niños comen este pudding que es igual que esas tostadas sólo que enriquecido con leche y huevos y cuajado en el horno. Una buena opción para aquellos padres con niños tiquismiquis que no quieren comer más que dulces... o que no les gusta la leche o los huevos.
Esta opción de medio pastel-medio flan es infalible para "colar" cosas... y no sólo en su versión dulce (aunque este era el caso) porque se me ocurre que un pudding salado de sandwich de jamón y queso o de salmón ahumado o incluso con alguna verdura como tomate, pimiento o incluso espinacas y parmesano puede resultar riquísimo y simpático como cena infantil.

Foto: entertainmentguide.local.com 
Como digo en mis libros hay noticias de este pudding... hay uno en concreto que me encanta y del que no me acuerdo nunca del título, pero que forma parte de una serie de 4 libros sobre las vidas de 4 hermanas, las hermanas Essex con vidas alocadas, romances trepidantes y lo mejor una relación entre ellas muy, muy bonita... En concreto me gustan esos libros por dos cosas... una: por las charlas de cama que tienen... ¿verdad que las mejores conversaciones con una hermana son encima o metidas en una cama? y dos: porque en los libros explican lo que se come.... cosa que no pasa a menudo y que a mí me gusta especialmente, porque cuando el libro está bien ambientado te haces más idea.
Así, mi favorito es el último de todos... dedicado a la hermana pequeña Josie una chica divertidísima y simpática tremendamente acomplejada por tener un cuerpo con curvas... lo que la hace sufrir muchísimo probando todo tipo de dietas absurdas enfundada en corsés del siglo XIX ja!! Y dirán de la inquisición francesa!! Bueno, pues para el momento en que se desarrolla el libro alguna de sus hermanas ya han tenido bebés, con lo que las charlas de cama se trasladan a charlas en el suelo de la habitación del bebé... ¡¡tomando tés y comidas infantiles!! Que como digo en el Imperio Británico contaba entre el menú con cosas como el té con leche (mi preferido), el pudding, los bocadillos de jamón o roastbeef, los cuencos con rice pudding... lo que viene a ser nuestro arroz con leche, las tostadas con queso o los pasteles de carne... y de las que Josie dice preferir por encima de sus menús de 16 platos... la entiendo perfectamente.

Foto: Dedicado a Almu y sus meriendas. Gracias.

Total, que la receta de hoy me lleva a esas habitaciones, a esas merendolas y a esos banquetes infantiles de los que tan fácilmente nos desprendemos y que a la larga echamos de menos.
Esas tardes de merienda, ya en nuestra propia infancia... con los bocadillos de chorizo de pamplona (que volví a probar 20 años después hace apenas un par de semanas por instancia de mi charcutero y que me supo a gloria), la manzana cortada en trozos (y que nunca jamás nadie te volvió a cortar), los donuts de panaderia con servilleta de papel marrón, las meriendas en casa de los amigos donde al bocadillo se añadía una fanta y una bolsa de gusanitos naranjas... y el colmo del lujo!!! Las meriendas de cumpleaños donde en vez de bocadillo había medias-noches de jamón, triángulos de queso, gusanitos y ¡¡aceitunas!! Sin hablar de la caja roja de galletas o la tarta de capas de galleta y chocolate...
Pufff... en serio, como echo de menos esa inocencia y ese conformar que los niños de hoy (al menos los de mi entorno) no tienen.

Pues recordando esas meriendas he preparado este pudding, así en versión lujo decimonónico con sus tazas individuales y su mermelada de frutos rojos... a nosotras nos chiflo!! Además el pan de leche lo hice casero (ya os diré cómo porque es la torta de fácil, salen dos barras por vez - que se pueden congelar - y está buenísimo... para los impacientes la receta la saqué de aquí), se tarda muy poco en tener este postre listo y resulta una mezcla deliciosa con el pan empapado en huevo y leche (tipo torrija), y la mezcla cuajada que sabe a natillas.

Os dejo con la receta que como os he dicho al principio es la que nos facilitó Whole Kitchen y es la de Jamie Oliver.

Whole kitchen en su propuesta dulce para el mes de febrero nos invita a preparar un clásico de la cocina británica: PUDÍN DE PAN Y MANTEQUILLA.


Ingredientes para 4 tazas:
- 8 rebanadas de pan de leche
- 100 gramos de mantequilla en punto de pomada
- canela molida
- nuez moscada
- ralladura de naranja
- 9 yemas de huevo
- 1 clara de huevo
- 140 gramos de azúcar
- 1/2 litro de leche desnatada
- 1/2 litro de nata para montar
- Un chorrito de extracto de vainilla
- Mermelada de frutos rojos (nuestra favorita es la de La vieja fábrica... es riquísima).

Modo de hacerlo:
1. Precalentamos el horno a 200ºC calor arriba y abajo.
2. Ponemos el hervidor de agua o una cazuela con 2 litros de agua al fuego para que hierva.
3. Mezclamos en un bol la mantequilla, la canela, la nuez moscada (ambas especias las añadís al gusto... si alguna no os gusta prescindid de ella, no es obligatorio), y la ralladura de naranja.
4. Con esa mezcla untamos las rebanadas de pan y colocamos estas de dos en dos en cada taza o recipiente individual apto para horno.
5. Ponemos en otra cazuela la leche, la nata y la vainilla... llevamos al fuego, dejamos que hierva, retiramos y reservamos.
6. En un bol hermoso batimos las yemas de huevo, el huevo entero y el azúcar.
7. Añadimos despacito a esta mezcla la de la leche y la nata, mezclamos bien y luego vertemos la crema resultante sobre las rebanadas de pan dispuestas en las tazas. Dejamos que empape bien el líquido durante 10 minutos y volvemos a cubrir de líquido.
8. Colocamos las tazas en una fuente de hornear grande donde quepan todas bien y llevamos la fuente al horno.
9. Vertemos el agua hirviendo que teníamos a parte en la fuente del horno haciendo un baño maría y dejamos que el pudding se cuaje durante 45 minutos, bajando la temperatura del horno a 180ºC.
10. Ponemos unas cucharadas de mermelada en un cazo y la llevamos al fuego para que se deshaga y tenga consistencia de salsa gelatinosa.
11. Cuando queden 10 minutos para que se completen los 45 que tenemos que tener el pudding en el horno abrimos la puerta del horno y pincelamos la superficie de las tazas con la mermelada... para a continuación volver a cerrar y dejar que se terminen de hacer y la mermelada se solidifique en el pudding.
12. Pasados los 45 minutos completos sacamos del horno, sacamos las tazas de la fuente, dejamos que se templen y servimos.

Como podéis ver es un postre muy rico, no tiene mayor complicación y os aseguro que su sabor os lleva de vuelta a vuestra infancia... no dudéis en probarlo!!.
Por hoy me despido, os recuerdo que en un par de días vuelve a publicar Almu así que estaros atentos... que viene un postre de categoría.
Un achuchón gordo, Luz.

Comentarios

  1. A mi me pasa lo mismo, me apunto a todo y luego ya no se ni que día hay que publicar, me salto recetas. un escándalo! Te ha quedado de cine! :) Muy buena la entrada!

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    1. Mil gracias Areya... ahora comprobándolo... ¡¡publiqué dos entradas ayer!! Madre mía qué descontrol!!! Con eso de que unas las programo y otras las voy redactando en el momento... ¡¡me termino volviendo loca!!
      Bueno, me alegro de que este postre te haya gustado, eso es lo importante, jejeje...
      Un besuco, Luz.

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  2. Jajajaja Luz me parto con el título!!!! Eres tan graciosa :) Besitos!
    Glo de COCINAR CON AMIGOS

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    1. ¡¡Me alegro de que te guste Gloria!!
      Un besazo, Luz.

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