Chocolate caliente... aún queda mucho invierno por delante


¡¡Hola a todos!! ¿Qué tal va la vuelta a la rutina? ¿Durilla? Ummm... yo os confieso que aún no termino de despegar, jejeje... ¡¡qué cansancio!! Y eso que trabajé también el lunes, vamos... que volvimos de vacaciones el domingo tras 5 días en el Norte... ¡¡con lo bien que nos ha sentado!! Entre el tiempo que ha sido maravilloso, que hemos podido perdernos en paseos eternos y tardes acurrudadas entre mantas... y que nos hemos puesto como gochas a base de pintxos, dulces y sidra... pero parece que no ha cundido!!! jejeje... ¡¡y toda la culpa la tienen los Reyes!! ¡¡Cómo lo oís!! No quiero sonar desagradecida... que gracias a Dios (y a que este año hemos sido muy buenas, jejeje) los Reyes han sido tremendamente generosos con sus regalos, tampoco quiero parecer una rancia... que a nosotras nos encanta la fiesta de Reyes... pero con eso de que ha sido en pleno martes... ¡¡vaya paliza!! Tendríamos que hacer como los niños he incorporarnos a la rutina un día después, jejeje... que una se va haciendo mayor y hoy cuando ha sonado el despertador después de llegar a casa a las 11 ayer no me lo podía creer.... ¡¡aún no!!.




Así que supongo que esta semana iré un poco arrastradilla con los tres días que nos quedan y el viernes colapsaré en la siesta olímpica... mi deporte favorito, jejeje.

En fin, esta receta de chocolate llevo queriendo enseñárosla desde hace semanas... desde que empezó la navidad, en realidad... después de enseñaros el eggnog me prometí que os enseñaría nuestra bebida navideña favorita... pero los días se fueron sucediendo y entre retos y otras recetas esta se me quedó en el tintero... y aunque sé que muchos estaréis en pleno proceso de perder la lorza navideña, procurando llevar a cabo (aunque sea hasta la semana que viene, jejeje) vuestro propósito 3 de Año Nuevo (perder peso) o sencillamente guardando en el altillo todo el tinglado navideño... aún queda mucho invierno por delante y el chocolate caliente es la bebida perfecta para toda ocasión, jejeje... os pondré ejemplos:

1. El que me voy a tomar yo hoy al llegar a casa después de una jornada de trabajo que se me ha hecho eterna por el cansancio que tengo en el cuerpo.
2. El premio para las mamás que soltarán ¡¡por fín!! a sus rorros mañana en el cole tras 20 días de convivencia intensa y sobre-excitada.
3. Y la loteria de los profes que van a recibir a esas criaturas salidas directamente del atracón post-cabalgata.
4. Por supuesto para todos los que, como yo, tenéis por deporte la siesta olímpica, la tarde leyendo, la noche de pelis y en general cualquier actividad casera que requiera un entone de cuerpo.
5. Y ¡¡cómo no!! para los intrépidos aventureros del aire libre... que sacan al perro a bajo cero, que pasean el cochecito del niño (hace poco aprendí de papás que sacan al niño a cualquier hora porque sólo se duermen en el carrito en movimiento.... ¡¡pobres papás!!), que vuelven de farra o sencillamente a los locos del senderismo, las rebajas o la excursión alpina.

Todos los descritos anteriormente merecen mucho chocolate caliente, jejeje... es delicioso, templa muchísimo el cuerpo y sobre todo alimenta que da gusto, jejeje...

Ya sé que no hay que tener un doctorado en física nuclear para preparar chocolate... que muchos estaréis poniendo cara de ¡¡mira tú que recetas cuelga esta!! pero ya sabéis que yo procuro escalar posiciones hacía el liderazgo en "recetas que no son recetas" o... recetas en las que lo único que no se hace es cocinar...

Cada uno tiene su receta de chocolate caliente, por supuesto, y cada uno tiene un gusto distinto... yo divido en dos las categorías de chocolate... está el chocolate europeo... o "chocolate meto un churro y se queda tieso en la taza" a ver si así me explico... el chocolate español de toda la vida que no se bebe sino que se come a cucharadas.... pues está ese (que es el que preparaba mi abuela), y está el chocolate americano, o "chocolate que se podría beber con una pajita", "chocolate que no viene acompañado con un bote de polvos eno" para que nos entendamos... este más fluido, más dulce y en mi opinión personal mucho menos indigesto (que es el que preparo yo).

Durante muchos años no he tenido receta para el chocolate... porque el de mi abuela, y el de los cafés y churrerías de España siento decirlo pero me sentaba fatal... ¡¡con lo que no iba a encima prepararlo en mi casa!! Total... que a lo largo de los años he tenido que ir ajustando mucho cantidades, proporciones e ingredientes para dar con mi chocolate caliente favorito... por eso quería compartir la receta... por si hay por ahí algún alma perdida que como yo... no sabe preparar chocolate... ¡¡ánimo, es facilísimo!!.


Trucos y recomendaciones:
Antes de nada os quiero contar esos trucos que con el tiempo he descubierto que hacen que mi receta salga siempre a mi gusto:
1. El chocolate a la taza... SIEMPRE tiene que ser Chocolate Valor... no vale ningún otro, ni en polvos, ni otras marcas ni nada... a mí sólo me sabe rico este... pero claro!! ese es mi gusto, si a tú te gusta otra marca no dudes en experimentar con ella.
2. La leche tiene que ser desnatada... sip, curioso, ¿verdad? sino... pasan dos cosas: por un lado espesa más (comprobado), y por otro hay un porcentaje elevado de natas... ¡¡puajj!! Así que, y sin que sirva de precedente, os aconsejo para esta receta la leche desnatada.
3. Además vais a necesitar dos cosas para prepararlo, una cazuela no muy grande... queremos que se caliente rápido y toda la leche a la vez... y unas barillas manuales... de silicona mejor para no rallar la cazuela... pero con el fin de remover sin parar.

Receta de chocolate caliente.
Ingredientes para 2 tazas:
- 2 tazas de leche (yo mido con la propia taza, echo primero leche en una, de esta al cazo e igual con la segunda... así no tengo restos de chocolate de más).
- 1/2 tableta de chocolate a la taza... unas 9 onzas de la tableta
- 1 cucharadita de azúcar
- 1/2 cucharadita de extracto de vainilla

Modo de hacerlo:
1. Comenzamos midiendo la leche e incorporándola a una cazuela mediana que pondremos destapada al fuego.
2. Calentamos la leche a fuego medio, y una vez en el fuego añadimos el azúcar y la vainilla y comenzamos a remover.
3. Cuando veáis que la leche empieza a humear añadimos las onzas troceadas y seguimos removiendo sin parar... la leche comenzará a enmarronecerse enseguida... y empezará a coger cuerpo.
4. Seguimos removiendo sin parar al menos 5 minutos... hasta que veamos que quiere romper a hervir pero no lo hace (empieza a formarse espumita en los laterales, pero a fuego constante no muy alto y sin parar de remover no romperá a hervir).
5. En ese momento apagamos el fuego y servimos inmediatamente... veréis que la bebida es cremosa y con cuerpo pero no es espesa.
Y de sabor queda más suave que el chocolate típico... además de que el azúcar y la vainilla suavizan y rebajan la acidez del chocolate, equilibrándolo más.

¡¡Otra cosa!! Aunque veáis que se forma costra cuando dejáis un ratito la taza para que se enfríe, tranquilos, no es la nata de la leche... en cuanto le deis un par de vueltas con la cuchara la costra se integrará con el chocolate sin problema... no como las natas que se quedan por ahí flotando y dan muchísimo asco.

En fin... espero que la receta os haya sido de ayuda... o que al menos hayáis descubierto algún truco nuevo que os sirva para vuestras propias recetas familiares.
No dudéis en compartir en los comentarios vuestros trucos, recetas u opiniones.

Por ahora os mando un besazo y os deseo un feliz regreso a la rutina y un fácil recalar al fin de semana. Un abrazo enorme, Luz.

Comentarios

Publicar un comentario